Los conocidos como altos grados masónicos suscitan interés y suspicacia a partes iguales, tanto fuera como dentro de la propia institución masónica.
Aunque no son competencia de una logia simbólica como la nuestra, para arrojar algo de luz al respecto responderemos aquí algunas preguntas que nos llegan con frecuencia relacionadas con ellos.
Tal como venimos haciendo, trataremos de explicar esta cuestión, pero sin desvelar contenidos rituales o simbólicos, pues no nos gusta hacer spoilers. Quien tenga curiosidad por ello los puede encontrar muy fácilmente con cualquier buscador al uso.
¿Qué son los altos grados?
¿Cuántos grados hay?
¿Para qué sirven?
¿De qué tratan?
¿Como se organizan?
¿Qué son los altos grados?
Se llama así a los grados masónicos que siguen al de Maestro. Los tres primeros (Aprendiz, Compañero y Maestro) se conocen como «masonería simbólica» y son, en gran medida, herencia de los constructores medievales de la edad media. Por contra, los siguientes empezaron a aparecer bastante más tarde, a mediados del s.XVIII.
¿Cuántos grados hay?
Aunque parezca una pregunta de respuesta fácil (probablemente nos suene que hay 33) no lo es tanto, ya que depende del rito.
Así, efectivamente, en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado -que es el más extendido y conocido- hay 33 grados; pero el Rito Francés cuenta con siete (los cuatro últimos llamados «órdenes»); el Régimen Escocés Rectificado seis; en el Rito de Memphis-Mizraïm hasta 99, etc.
Valga decir que entre algunos de los distintos sistemas rituales existen correspondencias: los cuatro «órdenes» del Rito Francés recopilan, con algunas variaciones, los grados 9, 10, 13 14, 15, 16, 17 y 18 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado; igual que los 33 primeros del rito de Memphis-Mizraïm. Esto sucede porque históricamente tienen el mismo origen, pero han sido ordenados y adaptados como parte de distintos sistemas rituales.
El tercer grado masónico (Maestro) confiere la plenitud de los derechos masónicos.
¿Para qué sirven?
Se trata de una ampliación o complemento al grado de Maestro de un modo similar a los dan del cinturón negro en las artes marciales. Sirven para seguir profundizando, pero añadiendo perspectivas distintas o incidiendo en temas concretos como la justicia, la libertad, el compromiso, etc.
¿De qué tratan?
Se distinguen dos tipos de contenidos:
- Contenidos que extienden la leyenda del maestro. El eje simbólico del tercer grado gira entorno a la construcción del templo de Salomón y su arquitecto Hiram Abí, que es el protagonista del relato mítico (leyenda) que lo sustenta. En los grados siguientes, este relato se amplía en diversas direcciones.
- Contenidos de otras fuentes simbólicas como pueden ser la antigua Grecia, el hermetismo y especialmente la temática caballeresca. Sirven para aportar perspectivas diversas y enriquecer la «paleta de colores simbólicos» con los que el masón puede contar en su objetivo de mejorarse a sí mismo.
¿Cómo se organizan?
Como decimos, son considerados como un complemento al grado de Maestro y no conllevan ningún privilegio para quien los detenta. Un dato importante: es obligatorio seguir participando en los tres grados iniciales para poder hacerlo en los siguientes.
En la mayoría de organizaciones masónicas (obediencias) existe una separación entre unos y otros: hay logias en las que se practican los tres primeros grados (llamadas simbólicas) y logias dedicadas a los grados siguientes, siendo independientes unas de las otras.
De hecho, en las logias simbólicas sólo se habla sobre ellos muy excepcionalmente, y se considera de mal gusto hacer alarde de ostentar tal o cual grado posterior al tercero.