El atentado en Saint-Étienne-du-Rouvray, la toma de rehenes la agresión a los mismos y el asesinato de Jacques Hamel, sacerdote auxiliar de la parroquia, son actos bárbaros que, una vez más, sumen a Francia en el duelo. El Gran Oriente de Francia expresa su apoyo a las víctimas y a sus seres queridos.
Frente a un fanatismo ciego que intenta golpear y dividir a la comunidad nacional, se hace todavía más fuerte la exigencia de solidaridad. Solo la unión de todos los franceses, de los que creen en el cielo y de los que no creen en él, será capaz de hacer que triunfe el ideal republicano de concordia, fundador del espíritu de tolerancia mutua que debe unirnos.
París, a 27 de julio de 2016