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General,  Historia

Las logias masónicas en Aragón y Zaragoza (II) – Caballeros de la Noche (1869-1886)

Entre la primera logia establecida en Zaragoza, San Juan de la Unión Sincera en 1813 y los inicios de la logia «Caballeros de la Noche» pasan más de 50 años de duras convulsiones sociales y políticas en España sin constancia de masonería en Aragón.

Desde el final de la Guerra de Independencia (1808-1814) hasta los primeros datos que se tienen de la logia «Caballeros de la Noche» (afiliada al Gran Oriente Lusitano Unido) se suceden varios eventos clave. La reposición de la monarquía absolutista con la intervención de los Cien mil Hijos de San Luis y el reinado de Fernando VII y la vuelta de una inquisición férrea, que no solo abordaba aspectos religiosos sino que se entrometió de lleno en cuestiones políticas.

Además, a la muerte de Fernando VII, y debido a la fragmentación social por la derogación de la Ley Sálica a favor de su hija Isabel II, se sucedieron desde 1833 un total de tres guerras que enfrentaron a carlistas con isabelinos por el trono de España. Estas guerras marcarían la distinción entre conservadores y liberales, que se mantendría con una plena vigencia a lo largo del siglo XIX en casi todos los aspectos sociales, hasta tal punto que moldearían conceptualmente el espectro político español.

Los inicios de la segunda logia masónica en Aragón

La fundación de la logia «Caballeros de la Noche» no queda datada directamente, sino que más bien se utiliza el año 1869 como una fecha aproximada, arrojada por los datos indirectos que se poseen de fallecimientos de algunos de sus miembros. La primera documentación directa que se conserva de la logia data de 1875.

Ello se debe a que, desgraciadamente, toda la información de esta logia zaragozana desapareció durante la Guerra Civil (1936-1939) o en las décadas del franquismo cuando se ordenó requisar todos los archivos, bibliotecas, documentos y enseres relacionados con la masonería. Es curioso que, en este caso, la historia de la logia «Caballeros de la Noche» se pueda reconstruir a través de sus relaciones epistolares con las logias ubicadas en Tenerife, con las que mantenían un estrecho contacto dado por el reconocimiento y amistad mutuos.

La vida de la logia

Los primeros años de la logia fueron especialmente fructíferos y ricos en trabajos. Gozó de una gran actividad tanto interna como externa y, hacia 1875, llegó a pronunciarse sobre las relaciones y el conflicto entre iglesia y estado llamando a la masonería «regular» (sic) a unirse contra los postulados del jesuitismo. Tampoco perdió la ocasión de criticar la crudeza y los estragos sociales que causaron sobre la población española las sucesivas guerras carlistas, a las que tildaban de «guerras fratricidas».

En esos mismos términos de horror y crueldad se redactó en el seno de la logia una carta, dirigida a todas las logias del Gran Oriente Lusitano Unido, rogando la paz y pidiendo el cese de la guerra que el Imperio Otomano de Abdul Hamid II había comenzado contra poblaciones eslavas como Rumania, Eslovenia, Albania, Serbia o Montenegro. Hechos estos que, en los principales países europeos, tan solo fueron conocidos a inicios del siglo XX, tras el fatídico genocidio armenio.

Características de la logia

Los diversos cuadros de logia que se conservan mantienen una media entre los 40 a los 50 miembros activos. Sin embargo, las cifras arrojan un total de 92 iniciaciones, por lo que cabe pensar que algunos de ellos o bien salieron de la logia por motivo de desplazo de Zaragoza o simplemente dejaron la masonería. En menor medida, algunos otros constan en la columna fúnebre, como fallecidos.

La logia Caballeros de la Noche contaba con numerosos acuerdos de reconocimiento y amistad que en los documentos constan como Garantes de Amistad teniendo en estos talleres de Sevilla, Cádiz, Barcelona, Santander, Madrid, La Habana, Lanzarote y Lisboa, todos ellos dependientes del Gran Oriente Lusitano Unido. Entre sus hermanos, constaban los más diversos oficios como podían ser abogados, artistas, catedráticos, médicos, militares, periodistas, profesores, relojeros, sastres o comerciantes.

Su miembro más ilustre

Santiago Ramón y Cajal

El año 1877 fue de especial relevancia para la logia Caballeros de la Noche pues en ella se iniciaría el posteriormente galardonado premio Nobel Santiago Ramón y Cajal. Concretamente, el 22 de marzo de 1877 la logia contaba con un total de 42 miembros activos a los que hay que añadir las altas de Clemente Herranz Laín -licenciado en Filosofía y Letras-, Eduardo Romeo Soda -medico-, Manuel Martínez de la Cuesta –Coronel de infantería- y con escasos 25 años, Santiago Ramón y Cajal, que adoptaría en logia el nombre simbólico de Averroes. Dada la biografía de Ramón y Cajal, su iniciación en masonería habría tenido lugar después de opositar para los Cuerpos de Sanidad Militar; a su vuelta de la primera Guerra de Cuba como médico de guerra con el rango de Teniente.

Desde 1879 cabe reseñar una cierto ocaso en la actividad de la logia. Pero no sería hasta el periodo entre 1884 y 1885 cuando se evidenciará la verdadera crisis. Solo se habían producido un total de 36 documentos oficiales. Una muy escueta labor si se compara con los primeros años donde los manifiestos, correspondencias y acciones de la logia eran frenéticos. En ese propio año de 1885, se emite el último documento conservado relativo a la logia Caballeros de la Noche. En ese momento se ponía punto y final a la logia original a pesar de que, entre 1886 a 1892, encendería sus luces un nuevo taller de otra obediencia y con otro numeral que recuperaría el nombre pero que nada tendría que ver con ésta y aún más tarde, a finales del s.XX, tendría lugar una nueva recuperación del nombre para la formación de la tercera logia «Caballeros de la Noche» en Zaragoza.

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