Comienza estas semanas un curso masónico atípico, tal vez -esperemos- único, debido a las consecuencias que la pandemia provocada por el Sars-cov2, que desde el mes de marzo ha trastocado toda actividad asociativa de un modo nunca conocido.
La imposibilidad de realizar reuniones presenciales ha implicado una paralización casi total de la actividad masónica. Probablemente, el Triángulo Cierzo hemos sido el único organismo masónico de Aragón que no ha detenido su actividad: durante el confinamiento a través de videoconferencia y después presencialmente de acuerdo con la legislación vigente y aplicando las medidas sanitarias necesarias.