Hoy es 8M, el Día Internacional de los Derechos de la Mujer.
Si bien es importante que los masones del Gran Oriente de Francia celebren este día y rindan un homenaje especial a la otra mitad de la humanidad, es igualmente importante que hagan de cada día el Día Internacional de los Derechos de la Mujer, que hagan de cada día el día de la humanidad en su totalidad. Porque aunque la humanidad a veces triunfa, a menudo debe resistir y además sufre.
En numerosos lugares la humanidad es maltratada, abrumada, humillada, encadenada y aniquilada. Y de esta humanidad encadenada, las mujeres, por desgracia, desempeñan un papel predominante, y su martirologio es un pergamino interminable escrito con letras de infamia: mujeres emparedadas en Afganistán, mujeres torturadas y asesinadas en Irán… y en todas partes del mundo mujeres dominadas, mujeres humilladas, mujeres golpeadas, mujeres violadas, mujeres asesinadas; es un thriller diario e ininterrumpido.
Por eso, el 4 de marzo de 2024, día en que los diputados franceses reunidos en el Congreso votaron la constitucionalización del derecho al aborto, pasará a la historia como un hito importante en la emancipación del ser humano y en la condición de la mujer. Hubo muchas pioneras, de Lisístrata a Safo, de Émilie du Châtelet a Olympe de Gouges, de Virginia Woolf, que en dos obras resonantes exigió «una habitación propia» y celebró la grandeza de las tareas domésticas siempre que se compartieran a partes iguales, a Gisèle Halimi y las dos Simones, Veil y Weil.
Este movimiento de emancipación 8M es imposible de parar; es irreversible y universal, a pesar de los ayatolás, los mulás, los talibanes, los hipócritas misóginos y reaccionarios, los falócratas más odiosos y demás defensores de patriarcados retrógrados.
Por eso, para el Gran Oriente de Francia, todos los días son 8 de marzo. Todos los días son el Día Internacional de los Derechos de la Mujer. Todos los días son el Día Internacional de la Humanidad.
Así pues, nos corresponde a nosotros, francmasones del Gran Oriente de Francia, en nuestras logias y fuera de nuestros talleres, perpetuar esta admirable tradición, seguir tejiendo la gran tela de una humanidad pacífica y solidaria.
Guillaume TRICHARD
Gran Maestre del Gran Oriente de Francia
Traducido del comunicado oficial