• Legado Ritual – Ser Gran Oriente de Francia

    Trataremos la cuestión ritual para finalizar esta serie de artículos (Parte 1Parte 2) sobre qué supone formar parte del Gran Oriente de Francia. Veamos la estrecha relación histórica de nuestra federación con algunos de los ritos más extendidos en la masonería alrededor del globo.

    Legado y continuación ritual

    El Gran Oriente de Francia es depositario y custodio de la más antigua tradición ritual conocida de la masonería especulativa. Esta afirmación puede resultar muy osada, pero sin entrar en detalles (que se pueden alargar hasta el infinito y provocar disputas eternas), podríamos resumir el periplo así:

    En 1717 cuatro logias de Londres decidieron unirse en la primigenia Gran Logia de Inglaterra. Todas ellas tenían unos usos rituales muy similares. En menos de una década, como hemos visto, algunos miembros de esta obediencia cruzaron el Canal de La Mancha y se establecieron en Francia, donde las logias que acabarían conformando el Gran Oriente de Francia han empleado esos rituales initerrumpidamente hasta hoy en día.

    Los masones antiguos, que llegaron después

    En la actualidad existe una gran diversidad de ritos masónicos, habitualmente ligados a determinadas sensibilidades simbólicas y de la perspectiva de qué deben implicar los trabajos masónicos.

  • Plaza Europa Zaragoza

    El simbolismo masónico en la Plaza de Europa de Zaragoza

    La Plaza de Europa en Zaragoza es uno de los lugares que reúne más símbolos relacionados con la masonería en Aragón. Aquí los explicamos.

    Cuenta la leyenda que los tentáculos de la masonería lo abarcan todo. Los nombres de grandes políticos, personajes ilustres e incluso monarcas, suenan entre los miembros de nuestras logias, se nos acusa de dominar la política de los estados a nuestro antojo y de ostentar las más altas posiciones en los lobbies de poder en la sombra. En Estados Unidos, país fundado por Francmasones, – esta vez ya, sin lugar a dudas y alejándonos de todas las leyendas urbanas sobre la Francmasonería – podemos reconocer muchos símbolos que se ubican desde en los billetes de sus dólares hasta en los monumentos que representan a la nación en su capital, Washington D.C. 

    La masonería utiliza los símbolos, entre otras cosas, tanto para que sus miembros podamos identificarnos como para estudiar su significado metafórico y aplicarlo a nuestro desarrollo personal «pulir la piedra bruta» como le llamamos. En otros países donde la llegada de las nuevas democracias no fue tan tardía como en España es normal incluso ver el mítico símbolo de la escuadra y el compás en la cabecera de las puertas de las sedes de las diferentes Logias y Federaciones. 

    Sin embargo, en nuestro país es algo muy infrecuente. La represión durante la dictadura franquista hacia nuestra sociedad y el extenso poder del catolicismo, cuya doctrina se puede decir que en muchos dogmas es prácticamente antagónica a la que pretende suscitar la masonería, puede que hayan sido los culpables de que la parafernalia masónica sea un tema tabú en nuestro territorio. 

    Aun así, los ojos bien entrenados aún es posible que descubran en nuestra modesta capital del Ebro monumentos y obras civiles que de manera muy oculta muestran algunos de esos símbolos tan escondidos. Tal vez para no ser victimas del señalamiento social y de la persecución o quizá como una manera de demostrar su presencia unicamente a correligionarios entendidos en lugares donde no se esperaba que pudieran estar.