Parece que la extrema derecha francesa ha querido tener su «minuto de gloria» durante la celebración del Convent 2017 mediante el uso de la violencia.
El pasado viernes 25 de Agosto por la mañana se declaró un incendio en el templo perteneciente al Gran Oriente de Francia en la ciudad de Nantes (Loira, oeste de Francia) en el que se reúnen aproximadamente 800 masones de 11 logias distintas. Afortunadamente no hay que lamentar daños personales; existen suficientes indicios como para pensar en un incendio provocado, con dos focos diferenciados que han afectado a la planta baja del inmueble y a dos sótanos.
Las autoridades pertinentes atribuyen el atentado a grupos de extrema derecha, habida cuenta las esvásticas que han aparecido pintadas en la fachada. La policía ha precintado el inmueble mientras prosiguen las investigaciones.
El Convent del Gran Oriente es uno de los eventos masónicos con mayor relevancia mediática. Esta convención anual reúne a los delegados de las más de mil logias federadas a razón de un delegado por logia -independientemente de su número de miembros-, que representan a más de 55.000 miembros repartidos por tres continentes y es su máximo órgano representativo y legislativo. Dada su importancia, son frecuentes las reseñas en los medios de comunicación.
Ya durante el Convent de 2016 se llevó a cabo un boicot contra el Gran Oriente de Francia en forma de pirateo de su intranet, lo que provocó la caida de su sistema durante varias semanas y supuso una vulneración en la privacidad de sus datos. Durante las pasadas elecciones presidenciales, el GOdF se posicionó politicamente -y de manera extraordinaria- favorable al entonces candidato E. Macron, con durísimas críticas a Marine Le Pen, candidata del Frente Nacional, quien fomenta ideas totalitarias y excluyentes, propias de la misma extrema derecha que ha querido dejar su impronta a nuestros hermanos de Nantes.